Bio |
Dos personas distintas tienen emociones diferentes y maneras de fijarse en el mundo totalmente
diferentes. Los terapeutas deberian tener mucho claro que al momento de ayudar a una pareja que trae a la asamblea un conflicto lo que están haciendo es ayudarles a
coexistir con sus legítimas diferencias para que la relación de la
yunta sea una gran experiencia gratificante para los dos, un espacio de crecimiento personal, respeto y afición. Es por este argumento que
al terapeuta de pareja no le interesa descubrir cuál de los dos miembros de la relación es más objetivo que el tercero, porque establecer pellizco así (si acaso se pudiera) no ayudaría en nada a superar los problemas. A diferencia de un mediador, quien evalúa la
situación y luego con los elementos que tiene decide quién tiene que ceder y quien está en lo correcto, el terapeuta lo que hace es
localizar aquellos puntos de desencuentro de la pareja y los trabaja en función de
establecer un equilibrio para el uno y el otro. En este sentido, los pacientes no van a defender posturas
personales ni a demostrar a la cónclave que tienen más razón que su yunta, van a cultivarse una nueva forma de coexistencia basada en el total respeto por la idiosincrasia
de cada uno de ellos.
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